domingo, 29 de marzo de 2015

Y el coche se estropeó

Ayer R. Y M. nos invitaron a cenar en su casa porque era el cumpleaños de M. Pasamos por el Alcampo antes de ir para coger una botella de Limoncello (que no había probado nunca pero R. me dijo que llevase ese). Dejamos a Retoño con Mamamía para que durmiese allí y nos fuimos para casa de nuestros amigos. Ya nos pusieron la botella de vino en la mesa antes que la cena. Un Albariño que estaba bueno y entraba fácil, de forma que bebes pero no tienes conciencia de que estás bebiendo mucho. Empezamos a cenar a las 9 y a partir de ahí perdí la noción del tiempo. Por la mesa pasaron tres botellas de Albariño y luego con la tarta apareció una de Pedro Ximénez y el Limoncello.
Hubo un momento de la noche en el que yo notaba que sólo quería zapatearme en un sofá y ahora recuerdo decirle a Mihombre "cuida de mi". A lo largo del día he ido recomponiendo en mi cabeza fragmentos de conversación, algunos bochornosos. R. y yo tuvimos un momento de exaltación de la amistad, también recuerdo un momento de echarle en cara a mi hombre algo de una ex suya que era de Kazajastan, una exaltación a mi infancia, otra a mi hijo que pese a todas las dificultades que tiene y las preocupaciones que me da a llenado el hueco de mi corazón que quedaba vacío y cosas así... Vamos, de eso que dices ¡no vuelvo a beber! Y el Alvariño en vez de esto parece que me bebí vino de cocinar del dolor de cabeza que tenía hoy.
A eso de las 5 de la mañana, que yo ya me encontraba bastante decente Mihombre dijo que o nos íbamos para casa o empezaba a vomitar en el pasillo.
Pues eso, que nos fuimos para casa y a medio camino el coche, mi querido Ibiza verde de 16 años, nos dejó tirados. Me quedé sin embrague. Y paré en una parada de bus. Llamé al servicio de asistencia en carretera y puse mi voz de "enfermeraseriaquellamaal061cuandotieneproblemasensucentrodetrabajo", no vaya a ser que notasen que me había bebido el agua de los floreros. En fin, que llegó la grúa 35 minutos más tarde y el hombre-grúa echándome la bronca porque no le constestaba al teléfono y no sabía a ciencia cierta dond estaba. Yo con el teléfono en la mano le dije que a mi no me había llamado. Él que sí, yo que no, y dale que sí y yo que no... Al final se dio cuenta que estaba marcando mal. A todo esto toda esta conversación bajo la lluvia mientras Mihombre dormía en el coche, que yo hasta pensé que se iba a ir con el coche y la grúa. El hombre-grúa subió mi cochito a su grúa y yo le dije adiós con la mano, a mi prolongación en forma de Ibiza verde, porque mi coche es como un apéndice externo al que quiero mucho.
Y allí quedamos bajo la lluvia a la espera de un taxi.
Hoy por la mañana Mihombre despertó antes que yo y cuando me levanté y salí de la habitación con cara de "dadme ibuprofeno" me dijo "sí, estás en casa".
Me tomé un café y me fui a casa de Mamamía a darle de comer a Retoño, que estaba muy sonriente en su trona. Entonces Mamamía me dijo que diablos de foto tenía en el wasap. Y ahi recordé que el rato que estuvimos esperando la grúa me hice selfies escarallandome de risa con Mihombre durmiendo.
¡No vuelvo a beber! Por lo menos hasta el próximo cumpleaños.

martes, 24 de marzo de 2015

El primark

Este sábado pasado Mihombre y yo nos tomamos el día libre (que dejamos a Retoño con Mamamía) para ir a comprar un armario para la futura habitación de Retoño, que estoy cansada de meter a presión su ropita en un cajón de mi cómoda, que tengo todo allí tan revuelto que no sé ni que ropa tiene. Pues eso, que nos fuimos al Ikea más próximo y luego estuvimos pasando el día en el centro comercial que hay al lado, que es muy grande.
En el Ikea locura total, un montón de gente, todos aprovechamos para ir en sábado (es cuando puedo dejar a Retoño con Mamamía que es cuando no trabaja). Había que coger número para comprar armarios. Además del armario compramos un colchón de látex, para que Mihombre vuelva a dormir en nuestra cama, porque desde hace un año duerme en la habitación de invitados con la excusa de que nuestro colchón es muy duro y no duerme y se levanta muy dolorido. Que casualidad que coincidió con el nacimiento de Retoño... Ahora no hay excusa, viva la vida marital. (Que esto no significa que llevásemos un año sin catarnos, eh? ;-)
Pues bien, después del Ikea fuimos a hacer cola para comer. Cualquier sitio del centro comercial estaba lleno. Alucinante. Debía de estar allí toda la ciudad.
Y a la tarde a recorrer comercios, que es lo que corresponde en tal sitio. Y uno de esos sitios fue el Primark, que tiene algo que me pareció muy peculiar y no me había fijado antes. En el Primark hay cestas, para hacer compra, ¡cestas para comprar ropa! Y la gente las llevaba llenas, llenas de ropa. Y de pronto yo también me vi con una cesta en la mano y Mihombre preguntándome para que diablos la llevaba, si total en ella sólo llevaba un paquete de braguitas, que las podía llevar en la mano. Me di varias vueltas por la tienda y la verdad es que tampoco vi demasiado que me entusiasmase (no soy mucho yo de moda) y comprobe felizmente que fui capaz de llegar a la caja sólo con la ropa interior. Pero he de reconocer que en Primark hay algo que te hace que te den ganas de comprar, aunque sólo sean bragas.

miércoles, 18 de marzo de 2015

Y yo con estas pintas

Hace unos días que se nos estropeó la cisterna del baño de abajo y dejó de funcionar. Llamé al seguro que me dijeron que en unas horas se pondría en contacto conmigo un fontanero. Y así fue. Tras contarle qué pasaba (o más bien después de no saber contarle qué le pasaba a la cisterna, porque yo no uso ese baño y fue Mihombre el que anduvo lidiando con la susodicha cisterna) quedamos en que viniese hoy a las 15:30.
Todo normal, excepto que mi disco duro se "petó" desde que soy madre y he pasado a tener la memoria de Dory, la pez amiga de Nemo. O sea, tengo memoria pez. Es triste, pero cierto.
Así que estaba yo tranquila, con Retoño encima repantingados en el sofá, solicos los dos, que Mihombre estaba en el trabajo, cuando de repente me timbraron a la puerta y, oh! sorpresa, el fontanero "arrivó" a casa.
Y allí que fui yo a abrir la puerta, sin duchar, con un pijama que tiene todos los colores del mundo y que aun por encima se le añaden regurgitaciones varias del desayuno y comida de ese día de Retoño y con unos pelos de loca de los gatos. ¿Y qué me encuentro al abrir? Pues al fontanero más guapillo que seguro hay en el mundo de las cañerías. Después de ese primer momento de tierra trágame y recordar momentos de mi vida en los que yo me arreglaba y estaba mona, lo juro, lo tuve que llevar a ver el water, esa cosa tan útil pero que ni es bonito, ni decora, ni es erótica ni ná.
Me dieron ganas de enseñarle mi albúm de boda para que viese que no soy un orco, sino un elfo al que pilló en un mal momento.
Y a todo esto lo acompañaba un ruido de fondo de ronquidos de Retoño, que el pobre ronca como si fuera un señor de 80 años.
Lo único que me faltó es que me llamase señora, que menos mal que no ocurrió.
Después de esta visión del ángel de los bidés salí a dar un paseo con Retoño y me encontré un tío gordecho agachado sobre el motor del coche, haciendo que se le bajasen los vaqueros por atrás, dejándose ver la "hucha" llena de pelos.
Y así, con estas dos visiones antagónicas, el día quedó equilibrado.

martes, 17 de marzo de 2015

De bajón

Hoy el día fue normal hasta la tarde. Por la mañana Retoño fue a su sesión de fisioterapia y el fisioterapeuta dijo que lo veía mejor de tono, que si la fijación visual mejorase avanzaría muy rápido. Y en el tema de la fijación se centran todas mis preocupaciones, con el año ya cumplido le cuesta mucho centrarse en los objetos y casi aún más en las caras de la gente.
Luego estuve haciendo una comida sueca, la tentación de Jannsson (me he convertido en una cocinitas desde que estoy en casa)
Y por la tarde salimos a pasear y nos encontramos con la pediatra del hospital. Dijo que lo iba a incluir en un estudio genético un poco más específico de microcefalia (que es lo que tiene Retoño además del retraso psicomotor, y de lo que se intenta averiguar la causa) y ahora va lo que me causó bajón: dijo la pediatra "claro, va avanzando muy lentamente y no sabemos hasta donde va a avanzar o si parará"...
Ilusa de mi, no me había planteado esa posibilidad de parar. Me despedí de ella y a medida que sus palabras iban calando en mi mente deje de escuchar el ruido del tráfico, de la gente, de todo. De pronto sentí que estaba sola en el mundo mientras empujaba el carrito de Retoño. Empecé a notar un dolor por detrás del esternón, ahí donde está el corazón y donde debo tener también alojada el alma. Seguí caminando mientras me decía a mi misma " mastica y traga la bola " (cuantas bolas he masticado y tragado este último año). Luego mis oidos se reconectaron con el cerebro y recuperaron su función, y justo en ese momento pasé por delante de una gasolinera donde sonaba "Cry Baby" de Janis Joplin. Que oportuno.
A veces me pregunto porque tiene que ser todo tan difícil.
Feliz día de San Patricio, me gustaría celebrarlo en una taberna irlandesa bebiendo cerveza, sin preocupaciones.

lunes, 16 de marzo de 2015

De paseo

Hoy Retoño y yo nos hemos pasado prácticamente fuera todo el día. Me encanta estar fuera de casa, tanto como estar en casa (soy una conformista). Pero es que hoy hacía un sol tremendo, una novedad para mis ojos, vamos, así que hoy volver a casa daba mucha pereza.
Por la mañana fui a hacer compra de comida a un hipermercado que me queda algo lejos, y cuando salí me fui hasta un área comercial que le queda cerca. Por el camino me encontré cinco euros (no encontraba yo ni un duro desde la época de las pesetas). Luego en el área comercial estuve por las tiendas de ropa echando un vistazo (la verdad es que soy poco consumista, aprovecho la ropa durante años pero disfruto mirando la ropa nueva) y me encontré con mi amiga N., así que aprovechamos y fuimos a tomar algo. Ya de vuelta para casa me encontré con S., que es la hermana de un ex mio (de mi vida anterior al Gato Verde) y me contó que estaba intentando quedarse embarazada (tiene una niña de diez años). Me alegré por ella pero también le pregunté si no le daba pereza (a mi es que pensar en bebés con el año que llevo me da pereza). Le desee suerte, a ver si la próxima vez que la vea me dice que está embarazada.
A Retoño le tocó comer potito de bote porque de la hora que llegué a casa ya no me dio tiempo a prepararle. Me sentí mala madre cinco minutos y luego ya me pasó. Mihombre y yo nos conformamos con unos macarrones con atún.
Por la tarde después de la siesta y merienda volvimos a la calle, vi a mi amiga L. que tiene una niña de un mes y a su madre, a la que tuve que explicar un poco el retraso psicomotor de Retoño porque empezó a hacer preguntas de si hace esto o hace aquello y a donde mira que no me mira si le hablo.
A lo último fuimos a buscar a Mamamía a su trabajo, que se llevó una alegría al vernos.
Ay!! Con que actividades simples y poco lúdicas me conformo ahora. La verdad es que encontrarme hoy con tanta gente ha sido genial.

domingo, 15 de marzo de 2015

El Gato Verde

Mi vida actual comenzó en un lugar llamado "El Gato Verde", era una cervecería de lo más curiosa que, tristemente, a día de hoy ya no existe. Allí comenzó una relación con un chico al que había conocido ocho meses atrás en una guardia de trabajo pero al que no había vuelto a ver hasta ese día. Lo miré y le sonreí. Y esa sonrisa él la sintió como si nos conociésemos de toda la vida. Comenzamos a hablar y yo supe que me pasaría conociéndolo el resto de mi tiempo.
Y así fue como ese "Gato Verde" nos llevo a donde estamos hoy, pasando por un viaje a París, una boda preparada con poca antelación, un año separados por temas laborales y un montón de anécdotas y despropósitos. ¿Y dónde stamos hoy? Pues no lo sabemos, un poco perdidos porque este año ha sido un tanto especial, peculiar y difícil a veces. Hemos decidido ser papás, y hace ya un año que nació nuestro Retoño. Ser mamá ya te hace poner tu mundo patas arriba. Pues yo a partir de ahora os voy a contar como es ser mamá de un niño "especial", donde todo se vuelve un pelín más complicado y donde hay momentos que crees fozar la locura y otros crees estar más cuerda que en toda tu vida.
Porque mi Retoño me ha puesto a prueba. Porque yo sólo soy una chica de 30 años normal, con un trabajo de enfermera (abandonado temporalmente por necesidades del Retoño), con ganas de pasarlo bien, hacer que mi matrimonio no se vaya a la deriva y contaros mi experiencia. Porque el mundo ha cambiado de dirección para mi y necesito contarlo.
Bienvenidos al Gato Verde, donde una historia comenzó.