martes, 24 de marzo de 2015

El primark

Este sábado pasado Mihombre y yo nos tomamos el día libre (que dejamos a Retoño con Mamamía) para ir a comprar un armario para la futura habitación de Retoño, que estoy cansada de meter a presión su ropita en un cajón de mi cómoda, que tengo todo allí tan revuelto que no sé ni que ropa tiene. Pues eso, que nos fuimos al Ikea más próximo y luego estuvimos pasando el día en el centro comercial que hay al lado, que es muy grande.
En el Ikea locura total, un montón de gente, todos aprovechamos para ir en sábado (es cuando puedo dejar a Retoño con Mamamía que es cuando no trabaja). Había que coger número para comprar armarios. Además del armario compramos un colchón de látex, para que Mihombre vuelva a dormir en nuestra cama, porque desde hace un año duerme en la habitación de invitados con la excusa de que nuestro colchón es muy duro y no duerme y se levanta muy dolorido. Que casualidad que coincidió con el nacimiento de Retoño... Ahora no hay excusa, viva la vida marital. (Que esto no significa que llevásemos un año sin catarnos, eh? ;-)
Pues bien, después del Ikea fuimos a hacer cola para comer. Cualquier sitio del centro comercial estaba lleno. Alucinante. Debía de estar allí toda la ciudad.
Y a la tarde a recorrer comercios, que es lo que corresponde en tal sitio. Y uno de esos sitios fue el Primark, que tiene algo que me pareció muy peculiar y no me había fijado antes. En el Primark hay cestas, para hacer compra, ¡cestas para comprar ropa! Y la gente las llevaba llenas, llenas de ropa. Y de pronto yo también me vi con una cesta en la mano y Mihombre preguntándome para que diablos la llevaba, si total en ella sólo llevaba un paquete de braguitas, que las podía llevar en la mano. Me di varias vueltas por la tienda y la verdad es que tampoco vi demasiado que me entusiasmase (no soy mucho yo de moda) y comprobe felizmente que fui capaz de llegar a la caja sólo con la ropa interior. Pero he de reconocer que en Primark hay algo que te hace que te den ganas de comprar, aunque sólo sean bragas.

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