lunes, 16 de noviembre de 2015

Los recortes en discapacidad

La ley de dependencia está muy bien en la teoría pero no llegó a funcionar al 100% en la práctica. Es de todos sabido que hay valoraciones y ayudas que nunca llegaron, a pesar de su necesidad. Pero en esto había un colectivo que se salvaba un poquito, las valoraciones se hacían pronto y la ayuda económica llegaba. Este colectivo con "suerte" (me río de la suerte) es el de la discapacidad infantil. Tener un hijo con una discapacidad es complicado. Si un padre de un hijo sin discapacidad se queja de agotamiento no os quiero contar cómo es el día a día de los padres con hijos con capacidades especiales (me gusta más este término que el de hijo con discapacidad). Nos pasamos el día en terapias, consultas y haciendo estimulación en casa. No nos damos descanso porque siempre pensamos que podemos hacer algo más por nuestro hijo. Un niño con capacidades especiales implica mayor trabajo y requiere mayor tiempo y dedicación. Hay familias que debido a esto uno de los progenitores (generalmente la madre) se ve obligada a dejar el trabajo para poder ir a las terapias y cuidar de ese niño al que generalmente te desaconsejan llevar a la guardería. Los niños con capacidades especiales pasan por una valoración de dependencia donde, generalmente, se les asigna un grado 3 que es el mayor. Con eso le dan una asignación monetaria que la familia a lo mejor usa para llevarlo a alguna terapia complementaria (porque señores,les juro que con lo que se hace por la seguridad social no llega) o incluso usan para comer. Y si es que un hijo por si sólo hace ya buen gasto, suma dificultades.
Pues bien,a que viene este rollo (a parte de para quedarme a gusto) : el gobierno está empezando a dar vueltas para quitar esta ayuda a la gente que ya la tiene concedida. Esta ayuda no nos da para irnos de vacaciones,ni para pagar una hipoteca ni para comprarnos ropa de última moda (no vaya a ser que haya alguien que piense que esto es como una tarjeta Black o un sobre de Barcenas), sirve para ayudar a pagar gastos sobrevenido por la discapacidad.
También quieren eliminar las subvenciones que dan a asociaciones relacionadas con este tema (asociaciones que suelen contar con profesionales como terapeutas ocupacionales).
Total,como a ellos no les afecta...
Sólo espero que en las próximas elecciones gane un partido que se preocupe del bienestar social y grupos minoritarios como en el que me siento. 

sábado, 7 de noviembre de 2015

Leonera

Leonera. En eso se ha convertido mi casa. Esta última semana no he parado, entre el trabajo y las terapias, preparar comidas y dormir siestas con Retoño no he tenido tiempo a hacer nada más. Eso ha hecho que haya un desprden absoluto en casa. Es tal el desorden que no encuentro cosas importantes como el anorak de Retoño. Ya no sé que bodys están usados y cuales no. Tengo una montaña de ropa pendiente de meter en la lavadora. Otra montaña de ropa esperando por la plancha. Pelusas de polvo corren por mi pasillo.
Vivimos en un revoltijo.
Mi hombre dice que a él no le molesta. A mi sí me molesta y me cabreo porque su iniciativa a recoger es cero. Peor aun, contribuye al desorden. Ha puesto unas cajas de cartón en medio del pasillo que no sé a que espera a echarlas al reciclaje. Pero llevan ahí ya 5 días y no quedan bien con la decoración de alrededor.
Recuerdo otro tiempo en él que vigía en una casa limpia y recogida.
Para complicar todo más hemos recogido una gata de la calle (en casa ya vivimos con una, también recogida de la calle). La cosa es que la tenemos encerrada en una miniterraza porque está en cuarentena. Ya le he echado dos pipetas de desparasitar, la he bañado dos veces y aun así tiene bichos. Me desespera. Llevamos una semana con ella y aun no he conseguido eliminar todos sus inquilinos. A la gata de casa ya le echado también una pipeta, que aunque no se han juntado ya me ha entrado el pánico. Tengo ganas de echarle a Retoño también una pipeta. Y otra a mi y a Mi Hombre.
Lo de las gatas es para otro post. Con las ganas que tenía yo de tener perro... Pero se ve que en mi vida sólo aparecen gatos. Si existe un cielo gatuno, espero aparecer en su cuadro de honor.