sábado, 25 de marzo de 2017

Adios, mi niño de fantasía

Adiós mi niño de fantasía. Nunca fuistes de verdad. Sólo estabas en mi esperanza. Pero te sentí tan real que aun puedo imaginarte.
Puedo verte corriendo hacia mis brazos. Puedo oir como me gritas mamá
Y como me cuentas tus pequeñas aventuras
Puedo ver como haces castillos de arena en la playa
Y como jugamos juntos con plastilina
Aprendiendo a andar en bicicleta. Comprándote tus primeros patines
Señalando un avión que ves en el cielo.
Pero no eres real. Tu ausencia aun me produce un dolor. Aqui, muy dentro, en un sitio al que no puedo llegar para sacarlo. No sé donde está esa tristeza que a veces se apodera de mi.
Pero ya no derramo lagrimas por ti. He aprendido a convivir con tu inexistencia.
Había hecho tantos planes para nosotros que ahora no sé que hacer con ellos. Ocupan sitio en mi cabeza, en mi corazón y en mis manos. Los voy barriendo y los escondo en huecos en los que no quiero volver a encontrarlos. Pero tarde o temprano reaparecen. Como trozos de papel arrugados.
Y la tinta está corrida por lágrimas antiguas.
Pero hoy te digo adiós, mi niño de fantasia, tan perfecto, tan irreal. Debo despedirme de ti, aunque te quiera, aunque te eche de menos. Porque lo hago, te echo de menos, me hubiese gustado conocerte y reirnos juntos.
Tienes que marcharte de mi cabeza, incluso de mi corazón. Debes dejar tu sitio al niño real, al que de verdad nació, el que está cada noche en mi cama, el que puedo tocar y oler.
Tu ya no necesitas mi cariño. Nunca lo necesitaste. Por eso te digo adiós. Me costará dejarte ir, lo sé, a veces me acordaré de ti, pero cada vez menos, lo siento.
Fuiste tan perfecto que pensé que en ti se encerraba la felicidad absoluta.

domingo, 19 de marzo de 2017

¿Es la discapacidad infantil un tabú?

Hay una pregunta que a veces ronda por mi cabeza. Más que una pregunta es una sensación, algo muy subjetivo. Es la sensación de que la discapacidad infantil es un tabú.
Lo padres no suelen hablar de ello. A veces, en confianza, si llegas a su interior, sí que comienzan a hablar, timidamente, sobre las dificultades y lo que sienten al respecto.
Tengo una amiga que perdió a su hijo a las pocas horas de vida. Desde aquella ayuda a otras madres que han tenido una pérdida. Las ayuda a canalizar el duelo. Se ponen en contacto. Lloran. Es un momento muy amargo y tienen todo el derecho del mundo a expresar su dolor.
Pero esto no pasa con las madres con hijos con diversidad funcional.
No tienes derecho a expresar tu dolor. Porque el niño está ahi. Y tienes que ser buena madre y no tienes puedes quejarte. O por lo menos es la sensación que yo tuve.
Cuando te enfrentas a una pluridiscapacidad, como es mi caso, y al principio te coge tan de sorpresa que te quedas en shock y piensas que estás dentro de una pesadilla, lo que quieres es quejarte, llorar y volver a quejarte. Decirle al viento lo injusto que es y que no estás preparada para algo así, que tu esperabas un hijo con otras características y esto te sobrepasa.
Pero no puedes. Además tienes miedo de que tu entorno te juzgue. Y no te atreves a hablar de lo que le pasa a tu hijo porque tampoco quieres que la sociedad lo etiquete.
Yo recuerdo al principio que salía con Retoño de paseo y no quería cruzarme con nadie porque me daban terror las preguntas o que notasen algo.
Y todo esto te crea una sensación de soledad. Parece que no existe nadie en tu situación.
Ojalá se pudiese crear una red de apoyo en esos momentos iniciales. Que otro padre que ha pasado por lo mismo venga a socorrerte. Que no sea un tabú expresar lo que sientes en ese momento.
Porque la educación, o la sociedad, o no sé qué, ha hecho que de forma innata la discapacidad sea un tabú, difícil de hablar y de sentir.
Seguramente muchos nos sintamos al principio con la sensación de "yo no puedo con esta situación" y debido a ello, distantes de nuestros hijos. Si nos permitiésemos hablarlo sin tapujos creo que el duelo sería más llevadero y más rápido de pasar. Y entender que debemos pasar por ese duelo.
Cuando yo me permití hablar libremente de como me sentía y lo que nos estaba ocurriendo es como si me quitase un peso de encima y le otorgase a la situación un aura de normalidad.
Es así, es nuestra vida con estas características, y no pasa nada.
Y a mi ya no me asustan los juicios externos, porque tengo tan claro el gran amor que siento hacia él que con eso ya nos envolvemos en un respeto mutuo, hacia lo que yo siento y hacía nuestra relación.

martes, 7 de marzo de 2017

Feliz cumpleaños, Retoño!

8 de marzo. Hoy es el cumpleaños de Retoño, mi masupialito.
Tres años entre mis brazos, yo colgada de ti. El otro día tu abuela vio un documental de koalas y dijo que le recordabas a una cría de koala, porque van durante mucho tiempo en brazos de su mamá, como tú, que te encanta estar sobre mi. Y como disfruto yo de tu cercanía. Cuando dormimos pegaditos. Cuando a la siesta buscas con tu cabecita quedar sobre mi cuello. Cuando a la noche no te consuelas si no te coloco sobre mi.
Me hace feliz pensar en hoy hace tres años. Porque llegaste a mi vida. Y lo cambiaste todo.
Porque no sabía lo que era amar con tanta intensidad. Me enamoro de ti cada mañana, cuando despiertas y quieres que abra la persiana. Porque si remoloneo te pones a llorar porque quieres ver la luz. Y me levanto, dejo entrar el sol y veo tu carita. Ahi estás, con esos ojos inmensos que hacen que mi día comience a girar.
Te doy mil abrazos y besos cada día. Otras mil veces te digo que te quiero. Me pregunto si alguna vez entenderás mis palabras, pero viendo como sonries creo que sí sabes lo querido que eres.
Tres años son pocos, aunque han pasado muy rápido. Lo curioso es que si miro atrás tengo la sensación de que siempre has existido a mi lado. Ahora es extraño pensar en que antes yo vivía sin conocerte.
Tres años que pese a los momentos duros no los cambiaría por nada. Porque nada puede ser mejor que sentir tanto amor. No existen palabras para decirte cuanto te quiero.
Eres tan pequeñito pero llenas todo tanto...