jueves, 8 de marzo de 2018

Cuatro años pequeñitos

Son las 10:25. Hace cuatro años te faltaba exactamente una hora para nacer. Hace cuatro años pasé la noche durmiendo a intervalos de cuatro minutos, entre contracciones. Hace cuatro años estaba soportando el máximo dolor que había sentido jamás pero que no me importaba. Porque sólo pensaba en ti.
Pero había dos cosas que desconocía hace cuatro años: tu condición genética "diferente" y en lo mucho que te iba a querer.
Lo que no podemos negar es que han sido cuatro años intensos. Con las emociones siempre a flor de piel.
No lo hemos pasado bien al principio, no nos vamos a engañar. Ha sido muy difícil. Que los planes de vida que tenía tan bien instalados en mi cabeza se hiciesen añicos de la noche al día fue muy duro.
No era mi plan llenar los días de consultas, terapias, pruebas...
Pero luego tu pusiste tanto de tu parte que los huecos se fueron rellenando con abrazos, besos, canciones, paseos, juegos, sonrisas y carcajadas. La verdad es que pusiste tanto empeño que acabé enamorandome de ti.
Te miro y llenas el centro de mi ser. Eres el amor de mi vida (ya le he pedido disculpas a tu padre).
Seguimos teniendo muchas obligaciones, pero sabemos pasarnoslo bien en cuanto nos dejan un rato.
Aunque haya días difíciles, con preocupaciones, disfruto mucho con cada mirada tuya. Soy feliz siendo tu madre. Porque te quiero tanto que no te lo podrías llegar a imaginar.
Esta noche me emocionaba pensando en estos cuatro años. En que eres mi compañerito de camino. En lo mucho que te quiero. En lo mucho que te necesito. Esta noche volví a sentir que teníamos un cordón umbilical invisible. Tu no te enteraste, pero te cogí de tu lado de la cama y te puse encima. Te quería cerca. Porque hace cuatro años pensaba que ya te quería mucho, pero no imaginaba lo mucho más que te iba a querer.
Feliz cumpleaños, mi pequeño marsupial, que sigues creciendo en mis brazos.

6 comentarios: